Cuando pasamos por episodios muy dolorosos (traumas en la infancia, muerte de un familiar, accidentes de tráfico, incluso experiencias intrauterinas o de otras vidas…), es muy posible que el alma, ante tanto dolor, y para poder sobrevivir a esa experiencia, abandone el cuerpo físico. Al salirse del cuerpo, la intensidad de las sensaciones disminuye en gran medida pero puede que nuestra alma se quede atrapada en esa situación, se fragmente, y un pedacito de alma lo perdamos ahí….

Esta pérdida del alma hará que ante ciertas situaciones, (y de manera automática y totalmente inconsciente), entremos en estados no deseados de tristeza, ira, resentimiento… que no sabemos ni podemos controlar. Con las sesiones de terapia regresiva, te acompaño en un viaje a través de tu subconsciente para recuperar esos pedacitos de alma que se perdieron y sanar esos episodios difíciles (conscientes o inconscientes) en los que tu alma se quedó atrapada.